jueves, 2 de diciembre de 2010


Ahora que tengo la garganta como si me hubiese comido un oricio, me permito el lujo de dedicarle tiempo a mi perdido blog. Los días en Brighton pasan entre cerveza, nieve y música. La semana pasada disfruté de Beach House y de nuevo encontré otra ídola fememina a la que aspirar:



El frío es matador, lo que hace que me pase las tardes escuchando a Tame Impala una y otra vez. Cómo fan de los mercadillos (sin que esto quede hipster o de algún modo moderno, porque digámoslo claro, me encanta rebuscar "entre la mierda") me he encontrado ya un par de gangas representadas en forma de vinilos:

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